viernes, 27 de marzo de 2015

Mi vida sin mi




Sigo escribiéndote carta, tras carta. Poema tras poema, y así andando tras los versos de la mañana a la noche se me asoman las lagrimas.
Te tengo ahora tan cerca, tan a mano y tan lejana, que ni siquiera te llegan mis cartas.
Soy el vuelo de un ave que zozobra entre el campanario de aquella viaja iglesia y las andanadas de tus miradas ausentes, aletargadas tras las nubes y los anaqueles.
No sé ya escribir mas poemas. Leo los poemas de hierro forjado de otras mentes, y me maravillo ante tanta creatividad y tanta lujuria de imaginada belleza.
Ya no tengo apetito por la nada, ni por las vacías palabras de los miles de libros que pululan entre estanterías viciadas de todos los tiempos.
Veo esculturas blancas y fuegos entre cuerpos agachados y poemas sonrojantes que deambulan por todos las tierras. Yo no quiero eso.
Mi mundo es una nube y me subo a ella cuando puedo. La amo con locura cuando me deja hacerlo. Me adentro tanto en ella que hacer el amor es tan solo una simpleza con aquella ilusión.
A veces, tan solo a veces, hacer el amor en un encuentro de almas, es dar luz a este negro universo perdido de la mano de un tiempo oscuro.
Te amo, amor, tanto como odio el no poderte amar con amor. Una sola vez que te ame y moriré en paz para siempre. Así rezará en mi epitafio quizás algún día, quien sabe.
Sigo recorriendo los cementerios con la mirada ausente, mirando a destajo las viejas tumbas, sus cruces clavadas en los suelos, sus ángeles helados y sus flores malolientes. Todo es tan efímero. Tan irreal. Que ni siquiera tengo ya miedo. Creo que siquiera ya tengo tiempo para sentir miedo.
Es tan solo una fugaz ilusión dentro de un sueño eterno. Así es como yo lo veo. Una vida es eterna mientras nada en ti se muera, tan solo tu cuerpo, pero no tus sueños. Porque el soñar nos hace eternos, y nos lleva a lomos del tiempo que nunca vivimos a vivirlo, sentirlo y nunca morirlo.
Y lo pongo ahora por si acaso ya no no tengo mas tiempo. Pues el tiempo es tan efímero...


lunes, 2 de marzo de 2015

Peregrino



Yo no soy peregrino
sino la sombra que esquivo
tras el camino voy
andando y soñando
cantando en mis oídos
trinando los sentidos
Yo no soy un peregrino
ni al uso ni al estilo
tan solo soy un destino
la muerte me precede
y cuando me llegue
espero estar a la altura
de lo alto de mi cuna
pobre de alma
y rico de ritmos
mil corazones esquino
mil amores he perdido
mil palabras he dejado
y cientos de poesías
que he escrito
Yo no soy un peregrino
pues apenas comienzo el día
ya sé que no es mi camino
tan solo miro
escucho, y hablo del frío
de la lluvia, del rocío
todo es tan sólidamente bonito
que el día que me muera
quisiera verte en mi destino
Yo no soy tu peregrino
te persigo y no te encuentro
eres la promesa del olvido
me dijeron que vendrías
a mi sino
que me amarías sin tino
pero todavía no te has mostrado
quizás si sigo mi camino
al final te encuentre
al final convertido en un olvido
en una lágrima suelta escondido
en una mano que no me suelta
en una caricia de un destino
tu destino
mi destino
nacimos con alas de luz
¿volveremos a ellas
sin habernos conocido?
Te estoy esperando
¿a qué esperas?
muéstrate
para que recuerde el recorrido
aquel que anduvimos al nacer
con tan solo
un leve suspiro
te dejé colgando de una estrella
te prometí mi vuelta
y te dejé al cuidado de mi estela
allí
son de nuestra isla
donde reposan mis vestidos
mis alas
donde estás tú
esperando que despierte
con el sello de tus labios
y la caricia de tu soplido.
Siempre te amé
siempre me amaste
que no deje de fluir ese amor
pues la vida
es el universo
es la meta del todo que nos creó
es el Amor.