domingo, 24 de junio de 2012

En el limbo dormido de las sombras 2º parte

Detalle de capella sepulcral

Iglesia de Santa Catalina (Valencia)


Quisiera rehacer las palabras de un tiempo atrás
pero no las hallé donde las oculté
sombras de los pensamientos y deseos oscuros

quisiera hallarte libre entre los muros de mis brazos
libre pero siempre a mi lado
como un limbo de almas despertándose de su letargo

sé tú misma en este mundo dormido de nuestros sueños
habitémonos como  pequeñas islas
rodeadas de eternos mares flamígeros
donde sus ramas escoltan las olas de los vientos
y sus fuegos tan sólo son recuerdos

tengámonos entre esos bosques alados de hojas perennes
demostrémonos que no somos una simple escultura de barro
consumida entre las llamas de nuestra apasionada perorata

somos sombras en busca de un albergue de silencios
almas recogidas de la mano perdida de unos versos
que desde hace muchas épocas
nos buscamos a golpes de silenciosas hechuras
arcillas de silenciosos alejamientos

dulcificas mis cruces con tus palabras nunca antes descritas
eres brisa
anhelo y sonrisa
ni siquiera en este limbo te hallas a solas

lo sé
tu todavía no lo sabes
todavía andas descalza por los cenagales de unos cuerpos que nos cobijan de la locura

te miro y me pregunto
si querrías ser mi alma
mi envidiada musa, soplo, inspiración
poesía nunca antes anidada

pero no es en este suelo resquebrajado de los pensamientos y de las palabras
el lugar donde tu habitas
somos dos efímeras letras
dos voces sin edificar
manos todavía alejadas

tienes frío,
dudas
como yo

siembra ese limbo dormido del que partimos
de un silencioso instante inexistente
donde nadie más se halle
ni nos encuentre
hasta esta, nuestra nueva inexistencia

somos alma de espíritu
seremos universos recónditos
todavía hay tiempo

sólo es un sentimiento
un pensamiento olvidado
entre los visillos de un tiempo relegado

 tropiezo con las cifras de tu nombre
3160
las escudriño entre la Masada de unas tinajas de barro oculto

las desato de su letargo
a ese limbo de sombras dormidas
a la espera del conocimiento que todo lo vela
y desvela

¿porqué debe ser así?
piedra y corazón

soy hombro acariciado
por el leve arrullo sibilante
de tus hechiceros y azabaches bucles
cayéndome
entre las entrañas de una finitud
que se me clava cuando no te presiento
anclada y errante
en imaginaria aldaba
la que sólo  silencia  tu nombre.

En las letras selladas
sucumben los sentimientos
que no logran subsistir
en el aroma que en ellas impregno,
aroma no mundano
que en ellas anido
hasta que se deslían
nada más se transcriben...