Tras la puerta de
las piedras
la inercia de los
huesos que caminan
las enredaderas de
las manos
tejiendo palabras
sueltas
mientras el señor
del tiempo
no se detiene sino
que se apea
y mira de lado a
lado
hasta ver pasar el
limbo de una nada
que no sabe que
existe.
Mi temor no se
detiene
es el miedo a no
saber andar
hay un camino que no
tiene flechas blancas
tan solo destellos
de estelas
que surcan el mar de
los pensamientos
hasta enrocarse
entre mis dedos
y saltar al vacío
de un techo que se desvanece.
Que decir de la nada
que no sea un
pasillo angosto
donde las barcas se
vuelven lineas
y la arena se pega
al mar.
Que decir de lo
opuesto
sino que no hay mas
que un entresijo
un relámpago que se
desvanece en el pensamiento
que se siente viejo
dentro de un cuerpo
que camina sin ver
las estrellas
y que cuando se da
cuenta
siente que lo único
que de verdad queda
es el amor que nunca
llega
pero que siente y
añora
porque en su
realidad es lo que queda.
Tan solo el amor
es lo que único
queda.