Desnudate
de la danza de la
mente
reconfórtate
con la calma del
serte.
La afluencia de la
vida
se recoge entre
batientes
deshojando ventanas
despojando la noche
de su aroma a
oscuras.
Tan pronto se
despeja el alba
anidan los sentidos
en su tersura
y escudriñan los
recuerdos
macerados entre
estertores
y destilados
resquemores.
La losa que oprime
estanca la silueta
de mi estancia
sentada entre una
suerte de mullidos
pensamientos
resquebrajando la
vida
escanciadora entre
silencios
y apenas bebo un
sorbo de mi despertar
ansío que todo
vuelva a dejar de estar.
La vida no es mía
ya,
ni es para mi
este mundo
no es la nada
tan solo
es el aura
de un tiempo
que se acaba.