Dormiré tus sueños
y besaré tus
ilusiones
para que el Camino
de las estrellas
alumbre con su nívea
luna
una brisa de
caricias dulces
y un clamor que
derribe todas las fronteras.
Velaré tus ensueños
para que ese Camino
de las estrellas
que llevas tatuado
en la piel de tu mirada
nunca sea triste
sino como una esperanzada vereda
ávida de peregrinaciones
y cincelada de bosques
de cumbres de algodones
desde las que
divises siempre
los horizontes que
tanto anhelas.
Abrazaré la tierra
de barro que nos acoge
y los pies del
viento que nos eleva
para que sublimen
bajo el canto de sus noches
el refugio susurrado
de tu nombre
y cincelado con el
eco tañido de los pasos
que cada día y cada
noche
se recogen al abrigo
de los sueños que te albergan.
Eres como un ave, peregrina.
Eres como un ave, peregrina.
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